Ama todo lo que surja by Matt Kahn

autor:Matt Kahn
La lengua: spa
Format: epub
ISBN: 9788417399214
editor: EDITORIAL SIRIO S.A.
publicado: 2018-04-06T00:00:00+00:00

Guiados por la ley de la polaridad

Cuando estamos desesperados por obtener aprobación, es habitual que confluyamos con la energía de quienes nos rodean cuya aprobación buscamos. Cuando ocurre esto, es probable que enfoquemos la atención en conseguir que los demás cambien como una forma de liberarnos de la energía con la que hemos entrado en comunión sin darnos cuenta.

Una de las maneras más efectivas de liberarse de esta tendencia es acudir a la ley de la polaridad. A partir del principio universal de comprender el equilibrio entre las fuerzas opuestas, en lugar de sumarnos a la energía de los demás se trata de hacer justamente lo contrario. Si los demás gritan, elegimos escuchar. Puesto que solo se puede gritar si se está respirando superficialmente, respiramos más despacio y con mayor profundidad. Cuando los demás están tensos y rígidos, relajamos el cuerpo. Si los demás se quejan, respondemos con un cumplido. Incluso si nos sentimos dominados por la energía, las palabras o las acciones de otras personas, la ley de la polaridad nos inspira a retroceder y dejarles más tiempo y espacio para que puedan estar consigo mismas en un nivel más íntimo.

Al aprender a hacer lo contrario cada vez que aparecen el estrés, el dolor o la culpa, mantenemos un espacio sagrado para los corazones durante los momentos más críticos de la sanación.

Esto también nos ayuda a aprender que no necesitamos que nadie actúe de una manera determinada con el fin de sentir la armonía, la felicidad y la alegría que la vida ofrece siempre. Si bien tiene sentido que nuestra pareja sea quien nos apoye más y nos ofrezca todo el amor que podamos necesitar, la diferencia entre sentirse visto e ignorado es más un reflejo de la frecuencia con que abrazamos nuestro propio corazón.

Es habitual que ignoremos, sin darnos cuenta, las peticiones de la propia naturaleza inocente y que esperemos que un compañero o compañera nos trate mejor. Cuando estamos bajo el influjo de esta tendencia, tenemos un sinfín de formas de visualizar que los demás aparecen como personajes mejores en nuestras vidas; todo lo que deben hacer es escucharnos más profundamente o aprender a actuar de manera diferente.

La verdad es que es muy probable que nosotros mismos seamos los únicos a los que les corresponda escuchar las ideas que imaginamos y las palabras que pronunciamos. Sencillamente, porque cada petición desesperada de más tiempo de calidad o mejor escucha es un mensaje procedente de la propia inocencia que podemos escuchar mientras lo proyectamos en los demás.

Cuando las exigencias que tenemos en cada relación nos inspiran a que seamos nosotros quienes actuemos al respecto, la ley de la polaridad nos ayuda a buscar espacio para ofrecernos a nosotros mismos y brindar a los demás el apoyo fortalecedor y la escucha comprometida que ninguna negociación puede garantizarnos que nos den aquellos que nos rodean. Esta ley universal tiene el potencial de transformar las relaciones al conducir a una intimidad más profunda, pero no está concebida en ningún caso para utilizarla

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